Capítulo I

Era un dia como otro cualquiera en Butter Street, en el 221-A no confundir nunca con el 221-B de Baker street como le sucede a mucha gente. Allí si viven buenos Detectives.


Holmes Sherlock y su socia, la Momia Analfabeta languidecian leyendo la columna de Sucesos del Times. Nada interesante en lo que ocupar sus sagaces mentes.





Desde que se conocieron en un Crucero por el Nilo no habían resuelto ningún caso. Pero confiaban en resolver alguno.


Ambos fueron los únicos pasajeros de aquel Crucero que no se habian dado cuenta de que habia terminado la Excursión y se conocieron porque no tenian más remedio, claro. El era el único pasajero y a ella la habian dejado abandonada en la Bodega de Carga dentro de su Sarcófago . Asi que teniendo en cuenta que todos los demás se habian ido, Holmes Sherlock sacó a la Momia para tener ayuda y descubrir que habia pasado con todos los pasajeros del Barco.

Tres dias estuvieron ambos investigando que diantres habia pasado con Pasaje, Tripulación y Equipajes.


Tres dias en los que analizaron las más extravagantes teorias convenciendose de la importancia del Caso. Al cuarto dia, el Agente de Aduanas les pidió que abandonaran el Barco que en breve se iniciaba otra Excursión por el Nilo y ya estaban limpiando la cubierta.


Desde entonces forman parte de una Agencia de Detectives que cuenta a su favor con no haber resuelto nunca un caso. Eso ayuda puesto que las Estadísticas están de su parte. Si usted les encarga uno, tecnicamente podria ser el primero en ser resuelto. Todos los Detectives del Mundo, alguna vez, resuelven un acertijo. ¿Por qué no iba a ser el suyo?



Continuara....
CAPITULO II, LA VISITA
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Holmes Sherlock se aburria mortalmente sin un caso entre las manos, no como la Momia su socia que parecia estar siempre animada. Holmes lo achacaba a su iletrada forma de ver la vida. Pero en el mismo momento que el reloj daba las doce, otros golpes sonaron en la puerta. No doce como en el reloj, fueron solo dos golpes secos y rotundos como el jerez que degustaba nuestro sagaz detective. Jerez que derramó del susto, estaba acostumbrado a escuchar las campanadas, pero no la puerta.
La Momia apenas si inmuto, el caracter aspero de su país natal la hacia distante ante los sonidos .
Un "adelante, está abierto" sirvió de excusa al visitante para precipitarse dentro.
Holmes Sherlock aplicaba la lógica. Antes de que su cliente fuese presentado, él ya tenia en su cerebro esbozada su tarjeta de presentación. Quien habia penetrado en su Despacho era alguien vestido de mujer, luego era probable que fuese una mujer. Podria ser un hombre vestido de mujer. Pero tenia voz de mujer, diciendo "¿Mister Sherlock?" de ahí que Holmes rapidamente pensase que si bien podria tratarse de un hombre vestido de mujer, imitando la voz de una mujer, valia ir pensando en la teoria contraria: esto es, que se trataba de una mujer .
Mientras el sujeto que llamaremos posible mujer con voz de mujer decidía entrar , la Momia observaba, Holmes observaba. La desconocida se animó y decidió hacer lo mismo, observarles. Estuvieron todos un buen rato observandose. Al menos la mujer desconocida, tenia excusa. No era frecuente ver a una Momia pero la Momia no tenia la misma excusa. Es frecuente ver mujeres.
Mientras la Momia y la Mujer se observaban, Holmes hacia lo propio. Pero solo con la Mujer. A la Momia ya la conocia. La mujer parecia nerviosa, preocupada, se habia puesto el sombrero, luego disponia de uno.
Todas estas teorias se agolpaban en su sagaz cerebro mientras la mujer interrumpia tal desfile de pensamientos:
"¿Es usted el sagaz Detective Holmes Sherlock?"
Si, lo era. Ella parecia saber mucho. ¿Quien le habia dado esa información? ¿cuando? ¿como podia saber tanto sobre él?
Holmes Sherlock cruzó los brazos, entornó los
ojos y extrajo la voz. Con todo ello le pregutó a su visitante como sabia eso.
"Lo pone en la Puerta"
Continuará..............

CAPITULO III, EL CASO
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Holmes Sherlock ofreció asiento ya que no podia ofrecer jerez a la cliente desconocida. Se le habia terminado. Sillas aún tenia.La mujer miró a Sherlock . Holmes miró a la mujer. Ambos se miraron .Un sagaz detective siempre está atento a los pequeños detalles. No es que el cuchillo que se le habia caido a la mujer desconocida fuese pequeño precisamente. Ella sonrió mientras lo metia de nuevo en el bolso. "Es que me pilla de paso el afilador"Holmes Sherlock sonrió tranquilo, menos mal. Creia que iba a clavarselo por la espalda. Eso lo explicaba todo. Tomó asiento tranquilo y animó a la mujer a que explicase su presencia en su afamado Despacho. -"Mister Sherlock acudo a usted como última oportunidad de resolver un enigma. Poirot Hercules ha rechazado mi caso" No era un prometedor comienzo. Poirot Hercules solia rechazar los casos que no tenian fondos. Pero Holmes Sherlock nunca daba un no . No tenia tantos noes como para ir repartiendolos. - "Mister Sherlock un hombre ha desaparecido. No solo eso, ha desaparecido el Barco en el que venia el hombre" Holmes Sherlock se inclinó sobre su escritorio. los hombres suelen perderse, su propio padre podia dar testimonio de eso. Pero los Barcos eran objetos más reacios a ser extraviados. - "¿Ha perdido a un hombre que perdió un barco? - "No Mister Sherlock, se ha perdido a un Barco que traia a un hombre" Tenia sentido, un hombre solo nunca podria transportar un barco. La mujer parecia sincera. - "De que Barco estamos hablando? -dijo Holmes Sherlock mientras entornaba su sagaz mirada - "Un Barco de bandera Chino-Hungara que deberia haber llegado al Muelle hace exactamente 48 horas" - "¿Cual era el nombre del Barco chino-hungaro? - " El Chu-Lazo" Continuará....en el Capítulo IV "el Misterio del Chu-Lazo"
Capítulo IV
El Misterio del Chu-Lazo
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Holmes Sherlock decidió aceptar el Caso de la Desaparición del Chu-Lazo. Ayudó dos veces más a la mujer desconocida a guardar el enorme cuchillo que portaba en el bolso, lugar del que el cuchillo, al parecer, se empeñaba en escapar y acompañándola hasta la puerta prometió avisarla en cuanto tuviese noticias del Barco desaparecido.
Holmes Sherlock sabia que puertas tocar. Los bajos fondos del Muelle donde se movía el negocio de los chinos. Como quería pasar desapercibido , se llevó a la Momia.

Tras ser rechazado en dos taxis, decidió ir en su propio coche. Tuvo la precaución de conducir él ya que sospechaba que la Momia al ser iletrada, no entendería las señales de tráfico.


Y así, acompañado de la Momia a quien consideraba analfabeta pero perspicaz, Holmes Sherlock se situó en el Fumadero de Opio mas clandestino de la zona portuaria.
Tocó la puerta. Al otro extremo apareció un chino. Holmes Sherlock intento hacerse entender en su pésimo mandarín. El chino trato de hacerse entender en espeluznante francés. Ambos estuvieron de acuerdo en hablar en mediocre inglés.
El chino miraba a la Momia, la Momia al chino, Sherlock al interior del local. Todos tenian los ojos entornados. Uno de ellos no podía evitarlo.
Aprovechando que el chino quería saber que hacia allí, Sherlock introdujo su pregunta.
- Busco un Barco, el Chu-Lazo
El chino negó con la cabeza, encogió los hombros y dio un portazo.
Holmes Sherlock tardó un buen rato en comprender que no había elegido la mejor estrategia.
Continuara ... En el Capítulo V el Fumadero de Opio de Fú-Mao


Capítulo V
El Fumadero de Opio de Fu-Mao
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Holmes Sherlock buscó en su sagaz cerebro todas las posibilidades para penetrar sin levantar sospechas en el local de Fu-Mao. Allí, en los recovecos de su mente privilegiada aún continuaba perdido, dando vueltas, cuando notó que había empezado a llover. Eso le hizo darse cuenta que estaría mejor dentro. Y que nada era tan sencillo para lograr estar al otro lado de la puerta que entrar como cliente.
Volvió a llamar, volvió a acudir el chino y volvió a intentar cerrar la puerta. Pero algo se lo impedía. Holmes Sherlock había dejado caer medio cuerpo de la Momia dentro. Eso despistó al chino, que trató de averiguar qué hacía media momia en el Local. Sherlock trató de explicarle que tanto la mitad restante de la Momia como Él mismo pretendían seguir idéntico camino.
Como el chino ya había demostrado no ser un buen anfitrión, Holmes Sherlock mostró su cartera como símbolo internacional de buenas intenciones.
Y así se encontró por fin dentro. No hay nada como hablar claro.
Una vez en Local, lo mejor era no levantar sospechas. Una momia fumando en pipa nunca llamaría la atención. Al menos no habría llamado la atención de no haberse incendiando...un poco.
Bueno, un poco se incendió la Momia, porque las cortinas se incendiaron mucho.
El revoltijo de conductas que se produjo a continuación dio ventaja a los planes de nuestro Holmes Sherlock que apagando a la Momia aprovechó los gritos y carreras para colarse sin ser visto en el Despacho del mismísimo Fu-Mao. El rey del hampa chino.
La Momia, todo hay que decirlo, aún echaba humo y no parecía muy contenta. Fu-Mao, tampoco.
Holmes Sherlock si. Había logrado penetrar en la Guarida Inexpugnable del gánster chino sin mas contratiempos que unos cuantos metros de vendas chamuscados.
-Bienvenido Mister Sherlock, esperábamos su visita.
El malvado Fu-Mao sabia como recibir a las visitas.
Y para demostrar que no era adivino sino que tenia servicio de correos, le enseñó una
nota Anónima que decía:
"Cuidado ! El insigne detective Holmes Sherlock se dirige a su local"
Mientras Fu-Mao se recostaba en su silla con sonrisa maligna a la altura de sus malas intenciones, un par de enormes matones avanzaban hacia el punto exacto que Holmes Sherlock ocupaba en la habitación. Al parecer eran los encargados de cumplir con las malignas intenciones de su jefe.
Lo maligno de tales intenciones nunca lo sabremos porque cuando los matones estaban a punto de ganarse el sueldo, alguien entro gritando ¡Fuego!
Continuará... En el Capítulo VI un Misterio más un Fumadero de Opio menos.
Capítulo VI
Un Misterio más, un Fumadero de Opio menos.
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Una vez de vuelta en sus habitaciones de Butter Street Holmes Sherlock tenia motivos para un concienzudo análisis.
Por un lado habían logrado escapar indemnes de la guarida del maligno Fu-Mao. Y eso teniendo en cuenta que varios chinos les habían pasado por encima en la estampida posterior al grito de fuego. Menos mal que Fu-Mao tenia una puerta que daba directamente a un callejón . Pero si todo eso podía contemplarse como un final feliz las cosas podían mirarse desde otra perspectiva.
No solo había quemado un local de dudosa reputación sino que no había logrado averiguar donde diantres se había metido el Chu-Lazo, el barco desaparecido por el que había ido a preguntar. No era un prometedor comienzo.
La Momia que no estaba muy contenta por su aportación al drama ( tres metros de venda chamuscada y una rodilla dada la vuelta) miraba fijamente a Holmes Sherlock.
El sagaz detective se dio cuenta de que la Momia tenia razón.
Si bien su llegada al Local no había proporcionado una gran alegría a su gerente y propietario, no puede decirse que aquello le hubiese pillado por sorpresa.
Quien había enviado la misteriosa nota?
Quien sabía que estarían allí?
Quien y por qué quería delatarlos?
Quien llamaba a la puerta?
Sin tiempo para responderse a tantas preguntas decidió concentrarse solo en la última . Y acudió a abrir la puerta para poder encontrar una respuesta.
-Holmes Sherlock - dijo la Misteriosa Cliente sorprendida.
-El mismo -dijo Sherlock algo menos sorprendido, al fin y al cabo se veía todos los días en el espejo.
-Ejem que sorpresa , no esperaba encontrarlo aquí....
Al parecer teníamos suficientes sorpresas como para hacer una fiesta , menos la tarta. Una lastima porque lo que si teníamos era cuchillo...un golpe metálico anunció que la Misteriosa Cliente seguía portando uno en su bolso.
- Vengo del afilador, como me pillaba de camino...ayer lo dejé, hoy tenia que recogerlo. -- dijo mientras volvía a introducirlo en el Bolso.
Eso lo explicaba todo.
Continuará....en el Capítulo VII: El Misterio de la Cliente Misteriosa.
Capítulo VII
El Misterio de la Cliente Misteriosa
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Mientras Holmes Sherlock volvía a recoger el cuchillo que había vuelto a escaparse del bolso, la Momia no dejaba de observar a la cliente misteriosa. La sorpresa que había demostrado al verlos vivos la hacia sospechosa.
Lo que no sabia era de que.
¿Quien era en realidad la misteriosa cliente?
Mientras la momia se hacia estas preguntas Holmes intentaba hacer las suyas propias
-¿Puedo ofrecerle un te?
-Seria mucho pedir ofrecerme su ayuda?
Tenia te, no sabia si tendría ayuda.
Mister Sherlock me alegra encontrarlo en casa, ejem, no sabia si habría vuelto de sus investigaciones, ejem, ejem ...
Tengo que enseñarle algo.
Y abrió el bolso ¿Sacaría el cuchillo?
No, a cambio saco un papel. Mire:
"Si quiere noticias del Chu-Lazo acuda a Estambul"
Holmes Sherlock arrugó la mirada, la misteriosa cliente arrugó la nota.
Mister Sherlock este caso se esta complicando. Necesito su ayuda. Quiero que venga conmigo a Estambul. Creo que me enfrento a enemigos muy peligrosos y necesito de su materia gris.
Holmes Sherlock miró a la Momia. La Momia miró a Holmes Sherlock. Si bien la misteriosa cliente necesitaba ir a Estambul para enterarse del paradero del Chu Lazo, ellos tenían enemigos cerca. Estambul estaba lejos. Eso pondría distancia entre sus enemigos y ellos.
Estaban de suerte. Porque la Misteriosa Cliente parecía querer llevarlos con ella.
-Mister Holmes necesito que me acompañe en mi viaje.
Y volvió a hurgar en su bolso.
¿Sacaría el cuchillo?
No. Pero si saco unos billetes . Ese bolso parecía tener de todo.
-Me he permitido sacar billetes para el Orient Express. Le ruego acepte este misterioso caso y me acompañe hasta donde la nota dice que encontraré respuestas.
Holmes volvió su mirada hacia la Momia, su Socia tenia razón. Fu-Mao no iba a estar muy contento con un Fumadero de Opio chamuscado hasta los cimientos . Era mejor poner tierra de por medio.
Además eso daría ocasión de vigilar a la misteriosa cliente y descubrir que mas cosas llevaba en el Bolso.
Continuará en el Capítulo VIII. Ola de intentos de asesinato en el Orient Express .
Capítulo VIII
Ola de Intentos de Asesinato en el Orient Express
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Paris oh Paris..la gente acude para ver su Torre Eiffel, sus Puentes sobre el Sena, su Museo del Louvre..lo que no suelen acudir es para ver Momias en la Estación del Este.
Holmes lo tomo como una peculiaridad francesa observar de arriba a abajo a los transeúntes, al fin y al cabo habían inventado los Desfiles de Moda.
Holmes Sherlock se había llevado a su muy observada Socia pero no dinero para el taxi.
La Misteriosa Cliente se uniría a ellos en Viena . Eso había dicho en una no menos misteriosa nota que entró atada a una piedra por la ventana, ..justo en el momento en que Holmes se agachaba con la intención de atarse un zapato.
La Momia , receptora final de la pedrada no parecía muy conforme con el servicio postal utilizado, dicho sea de paso.
Tendrían que haber pedido un adelanto . De momento el caso les estaba costado dinero.
No solo en taxis, también en vendajes nuevos para la Momia.
Al menos la Misteriosa Cliente les había proporcionado un Compartimento en Primera Clase.
Lástima que la Litera superior, la que Holmes había pedido al camarero que preparase para dormir él, se cerrase en mitad de la noche como un cepo para zorros.
Holmes Sherlock se alegró de haberla intercambiado con la Momia en el último momento .
La Momia no tanto.
Al principio Holmes achacó el problema a la condición de iletrada de su acompañante, algo habría tocado que no debía ser tocado. Pero después observó que los tornillos de la base no estaban donde el fabricante los había situado, sin duda con el loable propósito de sujetar la litera en una posición cómoda para el usuario.
Todo indicaba un Sabotaje.
Los gritos de una Momia en la Noche sin duda alertaron al resto del pasaje pero en realidad era Holmes quien gritaba. Pero si, habían alertado a todos incluido el solícito Camarero que había preparado las camas.
Al entrar chocó con Sherlock, lo que provoco que el bigote a todas luces postizo que lucia, se cayese al suelo.
Holmes Sherlock se agachó a recogerlo.
- Es suyo?
- Ejem ejem si, gracias.
Sacar a la Momia no fue fácil. Enderezarle el esternón tampoco. Pero Holmes Sherlock hizo lo que pudo, si no estornudaba en breve quizá todo permanecería en su sitio.
- No ega esa su cama Monsieur Sherlock? -dijo el Camarero con un acento que intentaba ser francés - yo migmo la prepage paga usted Monsieur...
- Así era . Pero hubo un cambio de planes. Y de camas.
Holmes Sherlock estaba empezando a notar que algo se le escapa con aquel camarero que llevaba un bigote postizo y un clarísimo acento falso.
Elemental. Se dijo a si mismo.
No le había dado propina.
Continuará en el Capítulo IX "Café, Copa, Puro....y un poco de Cianuro".
Capitulo IX Café,Copa, Puro....y un poco de Cianuro.

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Holmes Sherlock y la Momia se encontraron puntuales con el almuerzo en el Vagón-Comedor. No eran los únicos puntuales. El solícito camarero de falso acento francés se
encontraba allí también . Saludó, recogió el bigote que se le había vuelto a caer sobre uno de los platos y prometió volver de nuevo acompañado de la comida.

Holmes Sherlock y la Momia se miraron. Esperaban que esta vez el bigote empeñado en caerse eligiese otro destino.

Holmes Sherlock no dejaba de pensar en el caso. Sabía que algo sele escapaba así que decidió encender un habano para poder pensar con claridad .
Su cerebro iba en una dirección cuando el Camarero que venia por la otra, impacto con la mano sobre el extremo incandescente del puro.
Al encontrase mano y fuego, estaba claro que todos no cabían y el plato que portaba salió disparado al suelo.
El grito del camarero unido al sonido de la bandeja al caer alertaron a todos los comensales. Solo la Momia parecía tranquila.
Al ser iletrada quizá no sabia como actuar en estos casos y
optó por el sosiego.
Camarero y bandeja se habían reunido en el suelo , la bandeja había llegado antes.
Pero ahora el camarero estaba allí también, recogiendo el estropicio.
Mientras Holmes Sherlock se disculpaba por lo ocurrido no dejaba de observar como el trozo de moqueta donde la sopa se había derramado, se disolvía.
El Camarero cuyo bigote estaba solo sujeto por una esquina
sonreía y daba pisotones a la alfombra al mismo tiempo.
- Sin duda esta sopa estaba muy caliente Monsieur Sherlock, el cocinego es nuevo.
Holmesy la Momia se miraban. De haber tomado la sopa sus estómagos habrían corrido la misma suerte que la moqueta . Los hechos desaconsejaban, por tanto, un segundo plato.
Pero aceptaron el Café.
En el momento que lo traían Holmes detectó cierta palidez en su Socia así que se levantó para abrir un poco la ventana . Al hacerlo chocó de nuevo con la bandeja y el camarero.
Varias cosas salieron volando, el bigote falso y la taza de café siguieron trayectorias distintas.
El bigote le cayó a Holmes, el café a la Momia.
El agujero que le produjo en los vendajes declinaba definitivamente futuras visitas al Vagón-Comedor.
Para cuando llegaron a Viena ambos Socios tenían claro que o el cocinero era muy malo o alguien quería impedir que llegasen a Estambul.
La Misteriosa Cliente como había prometido subió al tren en Viena. De nuevo se mostró extrañada de encontrarlos. Y no solo parecía extrañada, también parecía nerviosa mientras
recogía el cuchillo que se le había caído al subir su bolso en el Portaequipajes.
Lo único que mantuvo consigo fue un paraguas . Entonces
entraron en un túnel y quedaron sumidos en la oscuridad.
¡Pum!
El sonido de un bulto al caer al suelo alertó el fino oído de Holmes que poco antes de irse la luz, había intercambiado su sitio con la Momia, a quien había notado incomoda en su posición.
Al salir del túnel, la Misteriosa Cliente seguía ensu sitio. Holmes en el suyo. Y la momia estaba tumbada en el suelo con el paraguas al lado.
Continuará en el Capítulo X
El Misterioso Caso de un Asesino tras otro.
Capitulo X El Misterioso caso de un Asesino tras otro
Capitulo X
El Misterioso caso de un Asesino tras otro
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Holmes Sherlock no acertaba a entender que había ocurrido. Solo que al entrar en el túnel y apagarse la la luz, se había escuchado un golpe y la Momia se había desplomado.
Holmes comprobó si su Socia se encontraba bien. Si lo estaba. Pero no podía ayudar a Sherlock en su investigación no había visto quien la había golpeado. Estaba oscuro.
Holmes miró por todo el Compartimento, solo estaban la Misteriosa Cliente, su Socia la Momia y el mismo...¿Donde se había metido el atacante?
La Misteriosa Cliente sonreía nerviosa mientras observaba a Holmes Sherlock cavilar.
Sin duda era un caso imposible de resolver
Era una pena que hubiese coincidido con la entrada en un Túnel. De haber sido fuera del mismo lo habrían visto todo.
La suerte estaba con el Asesino.
Budapest.
Fue en Budapest , donde dos nuevos viajeros se instalaron en el Compartimento. Aunque eran dos, parecían solo uno y medio.
Holmes Sherlock se dio cuenta de como la Momia observaba suspicaz a los recién llegados. Aparentemente se trataba de una Niñera y un niño pequeño . Eso no sorprendería a nadie y menos a personas tan viajadas como nuestros protagonistas. Pero no dejaba de llamar la atención que no siendo parientes , fuesen idénticos.
La Niñera era algo más alta y grande que el niño, claro, pero algo en su pelo rubio dado la vuelta y su sombrero mal puesto llamaba la atención . Había algo extraño en todo ello.
Quizá era la cara de chino que tenía.
Y eso era lo mismo que llamaba la atención del niño, también con pelo rubio, sombrero de marinero y cara de chino malhumorado.
La misteriosa cliente sonrió a Holmes Sherlock cuando tras pasar revista a los recién llegados, tocó el turno de posar su sagaz mirada en ella.
A ella no parecía preocuparle el aspecto chino de los recién llegados.
Holmes Sherlock se sentía confuso, por un lado estaba el misterioso desvanecimiento de su Socia, la Momia. Por otro la llegada de dos chinos mal disfrazados . Notaba como su cerebro pedía un aporte de radicales libres y donde encontrarlos. Necesitaba un té en el Vagón Restaurante.
Como la momia parecía aún algo mareada debido al golpe, decidió dejarla reposar sus males. Así que se entregó en solitario al Pasillo.
Y allí en el Pasillo se produjo la confusión.
Si lo que quería Holmes era estar solo para meditar tan misteriosos sucesos, no iba a lograrlo allí.
El Solicito Camarero avanzaba hacia él en dirección contraria con una taza en la mano .
La taza echaba demasiado humo. Pobre del destinatario pensó Holmes ya un experto en los brebajes ardientes de aquel Camarero.
Por otro , notó con perspicacia sin igual , que de los dos viajeros con aspecto de chinos disfrazados, uno lo había seguido. Se trataba del que simulaba ser un niño.
Así que ahí estaba él. Entre un Camarero avanzando con una taza ardiendo y un niño con peluca mal puesta y el bigote que lo acreditaba como lejano a la edad de corretear en busca de aventuras solitarias.
El revoltijo de conductas que se produjo a continuación resulta difícil de narrar. Por un lado Holmes se había agachado a recoger el bigote del falso camarero. En ese momento algo pasó volando por encima suyo .
Se trataba del chino pequeño acompañado de una porra, que había derribado al camarero con semejante pirueta. Eso hizo que Holmes tuviera que agacharse de nuevo a recoger el bigote, que esta vez no se le había caído al Camarero sino a él.
Al hacerlo, algo volvió a pasar rozando su cabeza, esta vez no se trataba de un chino sino de un cuchillo que se clavó en la pared.
Holmes Sherlock ya en pie, evaluó la situación . Ante todo consideró que el suelo había sido un gran anfitrión teniendo en cuenta que todos los peligros se habían desarrollado por encima de él. Un chino había saltado con una porra, alguien había lanzado un cuchillo y la taza del Camarero había vuelto a ocasionar daños en la moqueta.
Al volverse la misteriosa cliente estaba tras él en pasillo.
Sin duda habría salido al escuchar tanto ruido. Holmes Sherlock tenia que avisarla, había una Ola de Intentos Asesinatos en el Tren . Al fin y al cabo era su cliente. Debía protegerla.

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